martes, 29 de diciembre de 2009

hoy

escucho la lluvia,
la veo caer;
entre dos edificios vi danzar a grandes nubes:
unas para la izquierda, otras para la derecha;
un ave cruza apurada el cielo a medio oscurecer
y un viento de lluvia me empapa
sabiendo que algo de belleza natural
queda en la ciudad si se logra ver con ojos descansados.

martes, 22 de diciembre de 2009

Momento de escritura bazofia

- ¡Momento!
- ¿Qué?
- Pero ¿es que no sabes?
- Y, ¿qué tengo que saber?
- Que estas hablando con vos misma
- Ah, sí. Está mal?
- No, es normal, pero ¿sabes a dónde vas a llegar?
- No. Muy bien. Solo escucho el ruido del camión de basura, y el partido de fondo, y King Crimson...
- ¿Quién?
- Música.
- ¿Quién?
- Vamos, ya no quiero más. Una moneda trucha no va a hacer que nos salve la noche... porque es trucha.
- ¿Quién?
- No te puedo decir.
- Dale...
- No te puedo decir.
- Mpf...
- Jodéte.
- ¿Quién?
- Vos. ¿no sabias?
- ¿Y qué tengo que saber?
- Que la luna, para mí tiene cara de hombre triste y solitario, pero sin embargo no puedo dejar de llamarla “la” luna.
- Es andrógina.
- Andrógino.
- Andrógina.
- Sí, y puedo escuchar a las gaviotas. Y al mar. Y un eco fantasmal que me eriza la piel, pero sin embargo me estremece gustosa.
- ¿Estas...?
- ¿Qué?
- Nada, nada.
- Ya lanzaste la piedra.
- ¡Te dije que nada!
- Vamos, ya no quiero más. Una moneda –
- No me vengas con eso otra vez. Ya te dije reiteradas veces que a mi no me gusta que me hables así. Me siento chiquita, pulgarcita, pero sin final feliz. Y rara, pisando un cemento que se me asemeja a arenas movedizas. Y no está bien, y no me siento bien. Me duele el vientre y los ojos y la nariz se me paspa y no me siento bien. Y cuando agarro una flor para poder admirar su belleza y oler su perfume, se marchita en mi llanto. Y no me siento bien. Me siento encerrada de mi propio mal. Quisiera -
- Perdón, ¿qué dijiste?
- Que se me cortó la uña.
- Tomá la moneda trucha, para ver si te podes comprar curitas.
- Es verdad.
Y me lastimé igual.

domingo, 20 de diciembre de 2009

Variedad de impaciencia

¡Que pronto llegue lo horrible!
¡Que lentamente llegue lo maravilloso!

(silvina Ocampo)

viernes, 4 de diciembre de 2009

¿por qué?


El otro día me robaron (bis 6)... a partir de ahí, mi sentimiento de desilusión hacia la sociedad aumentó de manera que ni me esperaba.
Desilusión, decepción, miedo.
Y, ¿por qué?
Entonces es cuando, después de mucho tiempo, me vuelvo una persona pequeña y empiezo a preguntar por qué.
por qué estamos como estamos?
por qué no se logra llevar al 100% los proyectos que quieren cambiar el como estamos?
por qué si llegan a ese 100% es la minoría quien se entera?
por qué se le da tanta importancia a lo material, cuando hay un mundo originario que está siendo desplazado?
por qé no se dan cuenta que es muy importante mantener las reíces?
por qué no se dan cuenta que manteniéndolas uno se vuelve a encontrar con el ser humano, que es de la naturaleza?
por qué el hombre tiene tanta obsesión por la plata?
por qué dejamos que la plata sea algo tan importante?
por qué la gente se vuelve una mierda cuando hay plata en juego en el medio? Tanto así, que separa hasta familias.
por qué las cosas aumentan de precio?
por qué tiene que existir un tercer mundo para que exista un primero?
habría que preguntarse, por qué si antes robaban comida, ahora matan hasta por un celular ?
por qué muchas de estas preguntas no tienen respuesta (concreta y con hecho favorables)?
por qué carajo la presidenta del ORTO se preocupa por poner satélites, para que llegue señal de tv, a provincias que ni electricidad tienen?
por qué no empieza a preocuparse por los niños, que son el futuro y hay cada vez más gente indigente?
por qué no abrimos los ojos respecto al mundo?
alerta roja: el 2050 es un año aproximado de que aumentará los 4º que NO deben aumentar, de la temperatura de la tierra.

"Cuando los ricos se hacen la guerra, son los pobres los que mueren"

por qué tiene que existir esa frase y ser tan cierta?

tengo muchos por qués más, pero creo que es una entrada bastante angustiante.

martes, 21 de julio de 2009

Ella y El

EL - y asi cuando te vayas, me ire con vos
ELLA - y entonces vamonos juntos.
EL - ¿a donde?
ELLA - a donde sea, pero juntos, quiero irme con vos al espacio
a donde sea que podamos mirarnos
tan profundamente como el universo
y decirnos cosas sin decir
y besarnos sin parar
y poder tocar tu piel tan tersa
que nunca me canse de hacerlo
y poder olerte tan cerca
que me haga flotar
y volar
y no volver.
EL - todo eso?
ELLA - sí, todo eso y más.
siento que mis manos van muy lentas a todo el sentimiento que me inunda el cuerpo, con sólo pernsarte una vez.
EL - es mucho.
ELLA - y falta, y no te sorprendas, porque el amor es tan infinito como tus pupilas. y ese amor es el que siento yo por vos, como todo lo demás.
EL - tengo miedo.
ELLA - iré con vos de la mano. lentos, deleitándonos en cada paso que crezcamos juntos.
EL - tengo miedo.
ELLA - puedo besarte?
EL - tu boca va perfectamente con la mía.
ELLA - hace mucho que te busco. te quiero.
EL - yo también, pero tengo miedo.
ELLA - entonces tengamos miedo los dos.

...te quiero.

Antígona Vélez

LISANDRO. —Estabas demasiado seria cuando me abrazaste. Yo volvía deshecho y alegre, con el olor del potro en las manos, en la boca, en el pelo. Y me abrazaste, y supe que ya no eras mi hermana, sino algo que duele más.
ANTÍGONA. —¡Lisandro!
LISANDRO. —Y también lo supiste, Antígona, cuando lavaste mis dedos heridos en las riendas, y me los besaste llorando.
ANTÍGONA. —¡Tenían el sabor de tu sangre!
LISANDRO. —Yo te besé los ojos, y tenían el sabor de tus lágrimas.
ANTÍGONA. —Entonces nos miramos como si recién nos conociéramos.
LISANDRO. —Nos conocíamos recién.
ANTÍGONA. —¡En tu sangre!
LISANDRO. —¡Y en tus lágrimas!
ANTÍGONA. —¡Pobre amor, nacido en cuna tan triste!
LISANDRO. —¡No era pobre, Antígona!
ANTÍGONA. —Si no lo fue, ¿por qué sentimos luego tanta vergüenza?
LISANDRO. —¿Vergüenza?
ANTÍGONA. —Como si nos hubieran desnudado a tirones, allá, en el aljibe. ¡Y con tanto sol arriba!
LISANDRO. —Estábamos frente a frente.
ANTÍGONA. —Pero tus ojos y los míos ya no se buscaban.
LISANDRO. —Y entonces hablaste, la primera.
ANTÍGONA. —¡Tenía que hablar!
LISANDRO. —¿Por qué?
ANTÍGONA. —Porque nuestros ojos andaban con miedo.
LISANDRO. —¿Y qué me dijiste?
ANTÍGONA. —Que habías palidecido junto al potro.
LISANDRO. —¡Era mentira!
ANTÍGONA. —¿Quién lo niega? Pero algo había que decir y pelear.
LISANDRO. —¿Una guerra?
ANTÍGONA. —Sí, para disimular aquella otra que no se animaban a pelear nuestros ojos.
LISANDRO. (La mira como iluminado.) —¡Mujer!
ANTÍGONA. (Sencillamente.) —Eso.
LISANDRO. —Y me dijiste que tuve miedo junto al doradillo.
ANTÍGONA. —¡Y te pusiste furioso!
LISANDRO. —Entonces comenzaste a reír, y me dolió.
ANTÍGONA. —Yo buscaba una guerra.
LISANDRO. —¿La de los labios o la otra?
ANTÍGONA. —¡Era la misma!
LISANDRO. —Y te fuiste riendo.
ANTÍGONA. —¡Para que me siguieras!
LISANDRO. —Te alcancé junto a los álamos, y te sacudí por los hombros, y ya no reías.
ANTÍGONA. —Y como estábamos en guerra, me abrazaste. ¡El sol arriba estaba como loco!
LISANDRO. —¡Y te besé!

domingo, 10 de mayo de 2009

Una niña vive junto al lago, y ella ama el lago, como una gaviota. Es feliz y libre, como una gaviota.
Pero un día llega un hombre.

Lo amaba insoportablemente.
Y por no tener qué hacer.
Siempre llevo conmigo este revolver.
La destruye.
Si muero, moriré en el mar.
Como una gaviota.

Él no creía en el teatro y se burlaba siempre de mis sueños.
Lo amaba insoportablemente.
Crecí, me volví maestra, mezquina, insignificante.
Me siento tan cansada.
Encanezco. Pero el color de mis canas no es como el tuyo, es el gris de las cosas olvidadas.
¿Por qué no me escribiste?
Mi madre está enferma.
Si para curar una enfermedad, se prescriben muchos remedios, esto quiere decir que la enfermedad es incurable.
Está loca como una cabra.
Actuaba de manera absurda.
¿Con qué me van a pinchar esta vez? Ya me han pinchado tantas veces, que si me conectase a una manguera de jardín, sería un excelente rociador.
No sabía qué hacer con las manos, ni siquiera podía controlar mi propia voz.
Si quiere simplificarlo, llámeme Dra. Azúcar.

Pero no llego a comprender qué camino he de tomar: si seguir viviendo o pegarme un tiro.
Las sombras eran casi igual de luminosas que la luz.
Los funerales son silenciosos, con lindas flores.
El reflector que iluminaba al mundo, se apagó.
Es un buen tema para un relato breve.
Y nunca hubo para mí, desde aquél día, una luz más luminosa que la de esta vela de cocina.
No sé quién soy, ni para qué vivo.
No me abandones nunca.
Siempre sola, no tengo a nadie.
Quiero irme
Soy una gaviota.


[Fragmentos de "La gaviota", "El jardín de los cerezos", "Súbitamente el último verano", "Lo que no se dice", "Un tranvía llamado Deseo"]

domingo, 3 de mayo de 2009

Hoy y siempre

Aunque el sol nos salude en el cielo

Hoy siento que no prospero.

Hoy puedo sentir más fuerte tu aura, tu esencia

Y ver que no estás


Hoy puedo llorarte

lo que no te he llorado en todo el tiempo que pasó.

Hoy escucho tus pasos caminando por el corredor,

Tu risa.

Tus manías.

Tus enojos.

Tus vicios.

Tu pelirrojo detrás del vidrio mientras fumas un cigarrillo.

Hoy puedo sentir que aún me dolés,

Y que mi angustia es igual que la de aquél día en que te fuiste.

Odio no poder soñar con vos.

No verte en mi inconsciente.

Quiero encontrarte.

Una imagen de vos en mi cabeza.

Quiero saber si aún evoco tu voz.

Tus ojos.

Hoy siento que llueve.

Hoy siento...

Ya no es un mes, como mi último despido.

No.

Un año.

Y todavía te siento acá, en mi pecho.

Como fuego, ardiendo, presente.

Mi duelo me engaña creyendo que pronto vas a volver.

Por unos ...

La alegría se esfumó

Se despidió de mí

Para dejar paso a tu presencia abstracta

Que visite mis ojos y mi corazón.

Y mis ansias de volver a sentirte

Y de saber que aun te recuerdo.

Ella.- A ver, imitame, quiero verte

La Chiqui imita a Ella.

Y la habitación del hospital se invadió por las risas.

lunes, 20 de abril de 2009

indescifrable

Detesto. Odio. Angustia. Grito. Infierno. Tic - Tac, Tic - Tac, Tic - Tac, el tiempo de mi cara corre, mis canas, mi cuerpo empieza a caer. Gravedad. Silencio. Quietud. Silencio.

Se oye un aullido a lo lejos, y....
silencio.
Grito. Aullido. Grito. Aullido. Gritos. Aullidos. Gritos Aullidos Gritos Aullidos gritosAullidos gritos aullidos gritosaullidosgritosaullidosgritosaullidosgritosaullidosgritosaullidosgritosaullidos, gritos gritos gritos GRITOS GRITOS GRITOS, BASTA!
Silencio.


Abro mis ojos y veo una temprestad delante de mí, que se me presenta sin permiso y se mete y me marea.
Corro agitada, cansancio y caigo. Dolor, me he lastimado. Me levanto, corro y lloro, no sé por qué, pero lloro. Sé que no debo, pero ¿quién maneja aquello que es abstracto en el cuerpo, aquello que nace del alma, del corazón?

¿Quiénes son otros? ¿Quiénes son los otros?. Y me pierdo, me entra la desesperación, y río a carcajadas. me río, pero lloro y no puedo parar mis emociones. BASTA. Basta, por favor, basta, mi cara empieza a ajarse y sigo llorando.

Una luz, allá a lo lejos, ilumina mis grietas y me siento en el aire. Floto. Cuerdas, música, canto, las sirenas... las sirenas cantan y me dejo llevar por aquella voz hipnotizante que se me hunde, me apreta la respiración. Me maneja los pasos hacia el fuego, hacia el infierno y no puedo huir. Aquellas melodías se convierten en cadenas. Corren rápido hacia mí y no me dejan escapar, me tocan, me lastiman, me violan, se ríen de mí. Las sirenas se rién de mí y las cadenas me tocan violentamente. Lloro mirando al silenencio ¿y qué mas puedo hacer? Estoy atada a la música negra, maligna, que me maneja como a una marioneta. Derecha Izquierda. ¡Salta!
Silencio.
¿Qué pasa?
NO NO NO POR FAVOR NONO no nonoo por favor nooo... noooo... por favor no..nonono, basta, por favor no quiero más, basta, dejáme, te quiero aullentar, basta, basta por favor.
.
.
.
Y las cadenas estallan en risas, me dejan caer al poso, se escuchan sus risas como un eco lejano. Grito desesperado. ¡Alguien que me ayude!
Quietud.
Desnuda ante el aire, el viento, las nubes y la luna.
La oscuridad de la noche disimula mis imperfecciones:
del paso del tiempo y del sufrimiento y
¿Qué haré con todo esto que tengo para dar?

Lo deshecho. Pero quiero volar. No, mejor lo deshecho antes que... ¿antes que qué?
Desnuda ¡¿Sabes lo que es estar desnuda?!
Tengo frío, mi piel se estremece y mis dientes tiritan sin cesar. Los quiero parar y no puedo.
Tengo frío.
Y de repente un viento me hiela la sangre y soy una estatua.
Visualizo todos los momentos delante y detrás de mí. Sonidos, tic-tac, tic-tac,tic-tac, recuerdos y sombras amorfas. Lagunas mentales. Tropiezos. Pasos. Sonidos ininteligibles.
djsadkjhasdiuadhaslkdn fvoirjwjfoashfuehr9qwrq90rh2dnascdasdnhosahfas
me duele la cabeza... se me estalla... ME DUELE...ME DUELE BASTA ME DUELE
PUM
Alivio.

domingo, 19 de abril de 2009

"El despertar"




de Alejandra Pizarnik

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y se ha volado
y mi corazón está loco
porque aúlla a la muerte
y sonríe detrás del viento
a mis delirios

Qué haré con el miedo
Qué haré con el miedo

Ya no baila la luz en mi sonrisa
ni las estaciones queman palomas en mis ideas
Mis manos se han desnudado
y se han ido donde la muerte
enseña a vivir a los muertos

Señor
El aire me castiga el ser
Detrás del aire hay monstruos
que beben de mi sangre

Es el desastre
Es la hora del vacío no vacío
Es el instante de poner cerrojo a los labios
oír a los condenados gritar
contemplar a cada uno de mis nombres
ahorcados en la nada.

Señor
Tengo veinte años
También mis ojos tienen veinte años
y sin embargo no dicen nada

Señor
He consumado mi vida en un instante
La última inocencia estalló
Ahora es o nunca jamás o simplemente fue

¿Cómo no me suicido frente a un espejo
y desaparezco para reaparecer en el mar
donde un gran barco me esperaría
con las luces encendidas?

¿Cómo no me extraigo las venas
y hago con ellas una escala
para huir al otro lado de la noche?

El principio ha dado a luz el final
Todo continuará igual
Las sonrisas gastadas
El interés interesado
Las gesticulaciones que remedan amor
Todo continuará igual

Pero mis brazos insisten en abrazar al mundo
porque aún no les enseñaron
que ya es demasiado tarde

Señor
Arroja los féretros de mi sangre

Recuerdo mi niñez
cuando yo era una anciana
Las flores morían en mis manos
porque la danza salvaje de la alegría les destruía el corazón
Recuerdo las negras mañanas del sol
cuando era niña
es decir ayer
es decir hace siglos

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
y ha devorado mis esperanzas

Señor
La jaula se ha vuelto pájaro
Qué haré con el miedo

martes, 14 de abril de 2009

Sin nada que temer...?

Ya no sabía más qué hacer
Cuando tus palabras me dieron sustento.
Todo empezó con un vaivén lúdico,
pero algo dentro de mí, empezó a gestarse.

Yo no sabía con certeza qué sería;
si sólo capricho o una cuestión de piel.

Sólo me di cuenta, que lo que haya sido, sigue siendo.
No es algo para jugar,
¿Por qué tuvo que haber principio?
¿Por qué le tengo que poner este final?

Si tan solo mis ojos hubieran sido fieles al prototipo,
mi mente no hubiera intervenido.
Pero mis oídos cegaron mi mirada
y mi boca callaron mis pensamientos.

Quiero volver a probar aquél sabor tan dulce,
esa sensación tan extraña y eficaz.
Pero esta vez, sólo nosotros,
sin nada que temer...

13/07/08

lunes, 13 de abril de 2009

Un momento, sólo uno

Decidí salir a pasear para airear mis pensamientos y a respirar el aire solitario y misterioso de la noche. Podía oír mis pasos, sonido que un poco me asusta cuando la calle está en silencio;y río nerviosa. Mi respiración es más fuerte y mis músculos se tensan a causa de la fría brisa.

Se presenta una bella noche: grillos como banda musical, estrellas que espían la pobre situación de una muchacha sola, en una plaza, de noche. La luna me saluda con una sonrisa picaresca desde el cielo negro y el vaivén de las hojas que danzan al movimiento que el viento dicta.

A solas con mis pensamientos me sorprende una sombra entre los árboles. Espero. Avanza. Se vuelve más clara. Espero. Los pasos de la sombra se detienen a pocos metros de mí.

¿Será él? "Al fin encontré a mi sirena varada, cantando bellas canciones para sí, como si en verdad nadie las oyera. ¿Sabes que yo las escucho? Poseen muy linda voz y una boca que sabe exquisita".

Y era cuestión de segundos para que mi cuerpo, espontáneo y sin reglas, se acercara a besarlo y tocar su cuerpo compuesto de tan poéticas palabras que supieron avasallarme de cantos.

Para encontrar nuestra frecuencia bastó sólo unos pocos segundos, haciendo que nuestros labios entonen y se encuentren para crear palabras nuevas y besos diferentes.

Sus dedos empezaron suavemente por mi mejilla, dibujando un espiral de rosas, luego bajaron hacia mi labio inferior. Lo besé, lo miré y le hablé con mis ojos, mis pestañas y mi sonrisa. Me besó. Volvió su mano a pasear por mí, esta vez acariciando mi cuello, hombro, pecho, cintura para terminar encontrándose sus dedos con los míos.
Y las estrellas se duermen aplaudiendo.

01/02/09

domingo, 12 de abril de 2009

Una promesa


Oh, madre!, no desesperes que voy a regresar, y cuando sientas un grito con tu nombre, al amanecer, y una silueta que va entrando por el camino que conduce a casa, espero que me esperes con la torta que sabes que tanto me gusta y que siempre me ha gustado, como tus manos saben hacerla.
No te asustes si tardo, no es fácil; comprendeme. Es toda una meta para mi, para mi fortaleza, para mi humanidad. Cada uno debe pasar por distintos fragmentos de vida, donde la naturaleza vital vuelva a entrar en contacto con el ser humano primitivo que fuimos.
Grandes, madre, grandes son las esperanzas de esta aventura y pequeños serán mis pasos para caminar, para saborear cada paso que doy, para explorar esa vitalidad pura y sin smog que esta realidad nos ofrece cada mañana.
Y es así, madre, que necesito de esta conexión conmigo misma, para saber quién soy en realidad, y detenerme un poco, porque esta vida de cambios repentinos, rápidos, no es para mi. Y lo siento, puedo sentirlo. Lo fue, hasta que me di cuenta que ya no podía seguir el ritmo de esta ciudad ruidosa, estresada y triste.
Y cuando vuelva, tendré tantas cosas para contarte, madre, que no me alcanzaran las aguas para humedecer mi boca cada vez que me raspe la sequedad de mi garganta. Sé que te quedarás atónita, te reirás, te emocionarás, como yo lo haré también. Todo lo iré anotando en cuadernos, para no olvidar nada. Quiero que sientas ese viaje tanto como yo lo pueda sentir.
Creo que es hora de partir, de crecer, de mirar y experimentar, de reconocer y apreciar lo que realmente hay que apreciar y valorar.
Adiós, madre, cuidate y trata de no extrañarme. Y si es así, mira todas las noches la luna a las 9 en punto, que yo también lo haré, desde donde esté y así no nos extrañaremos tanto.
Un abrazo gigante, un dulce chocolate y un te quiero son necesarios para que veas cuanto te aprecio, y para que veas que volveré... es una promesa.

04.09.08

lunes, 6 de abril de 2009

Piano

Me acerco. Tus manos delicadas tocan el dulce piano del recuerdo. Me acerco. Tu mirada penetrante y triste tocan una melodía de antaño y tus manos añoran. Me acerco. Tu pelo tapa las facciones duras de tu dolor. Tu poblada barba absorbe el río de lágrimas que grita tu alma, tu corazón, tu vida. Me acerco y pongo mi mano en tu hombro caído. Te detienes, dudas, piensas, lloras, y vuelves a tocar. Paso mi mano por tu pelo, por tu cara y no puedo detener las ganas de abrazarte y de repente estoy sentada junto a vos, tocando y llorando y tocando y gimiendo y vos también, y juntos. Juntos. Y tus manos con las mías. Y de repente me mirás y yo te miro. Y tus ojos... tus ojos hablan por sí solos y me duelen y hacen doler los míos. Siento tu mirada pesada, lastimada, roja, húmeda.
Me acerco. Vuelves a tocar.
Mi mano sobre la tuya te detienen. Se desenvuelve una lucha de unas manos que quieren evadir y de otras para soportar. La melodía, cada vez más rápida y las manos sudan, se tocan, chocan y se desean. Me mirás. Toco tu cara, tus labios, tu frente. Por fin tus manos se van posando en mí lentamente, me rodean por la cintura y me mirás otra vez, pero más allá. En un segundo logras llorar en mis pechos, como un niño perdido y yo te abrazo como una madre desesperada por haberte encontrado. Me abrazas fuerte, y te escucho. Escucho tus lágrimas, tus pestañas, tus manos, tu respiración.
De a poco te tranquilizas y bajas tu cuerpo a mi regazo. Te acaricio el pelo. Te calmas y dormis. Entonces, ahora yo toco el piano y lloro, en la penumbra de nuestra soledad.

19/03/09
Mar.-
[Vocalise - Theme From The Ninth Gate - Wojciech Kilar]